Bajo una mina de plata en Naica, un poblado del norte de México, se esconde una de las más extraordinarias maravillas de la naturaleza, nunca antes vista: una inmensa cueva, a 300 metros de profundidad, formada por increíbles formaciones de cristal que pueden alcanzar los 12 metros de longitud. Un escenario tan bello como hostil y peligroso debido a las condiciones atmosféricas que existen en la cueva. Odisea acompaña a un grupo de espeleólogos, científicos y expertos de la NASA que, tras dos años de intensa preparación, se disponen a explorar la caverna provistos de los avances tecnológicos más punteros para soportar la elevada temperatura del aire y su insoportable grado de humedad. Acompáñennos en esta aventura hacia un lugar inimaginable que una vez descubierto es difícil de olvidar.
Naica es una mina de plomo, cinc y plata donde se han encontrado unos espacios grandes, conteniendo cristales de selenita (yeso) tan grandes como 1,20 m de diámetro y 12 m de largo. El compartimiento que sostiene estos cristales se conoce como la Cueva de Cristales Gigantes, y está a unos 305 m bajo la roca de piedra caliza de la mina. Los cristales fueron formados por líquidos hidrotérmicos que emanaban de los compartimientos del magma inferior. La caverna fue descubierta mientras los mineros perforaban a través de la avería de Naica, preocupados de que se inundara la mina. La Cueva de Espadas es otro compartimiento en la mina de Naica, conteniendo cristales grandes similares.
Los geólogos conjeturan que un compartimiento de magma, o roca fundida sobrecalentada, que se encontraba a dos o tres millas por debajo de la montaña forzó los líquidos ricos en minerales hacia arriba a través de una grieta en las aberturas en la roca de fondo de piedra caliza cerca de la superficie. Durante tiempo, quizá más de 30 millones de años, este líquido hidrotérmico depositó los sulfuros ricos en plata, plomo y zinc en la roca de fondo de la piedra caliza. Estos metales se han minado aquí desde que los prospectores descubrieron los depósitos en 1794 en un pequeño sistema de colinas al sur de la ciudad de Chihuahua. Además, los líquidos hidrotérmicos disolvieron el yeso, el mismo material usado en cartón de yeso y el yeso de París, situado en la roca de fondo. Las soluciones calientes, ricas en mineral dieron a luz a estos cristales gigantes de selenita.Además de columnas de 1 de diámetro y 15 metros en longitud, la caverna contiene fila sobre fila de formaciones diente de tiburón de hasta 1 metro de alto, que se colocan en los ángulos impares a través de la cueva. Hasta abril de 2000, los funcionarios que minaban habían restringido la exploración en un lado de la grieta fuera de la preocupación que cualquier nuevo túnel pudo conducir a inundar el resto de la mina. Solamente después que el nivel del agua había caído suficientemente autorizaron el túnel que condujo a los hermanos Sanchez al asombroso descubrimiento Un ser humano puede funcionar en este ambiente sólo durante 6 a 10 minutos antes de que ocurra la pérdida severa de funciones mentales. Así que para fotografiar los cristales había que enfocar y concentrarse intensamente en volver hacia la salida, a unos 9 o 12 m de distancia.
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